En la mayoría de casos, las personas crean un equipo y se centran casi en exclusiva en el procesador, dejando en un segundo plano la Placa Base. La placa base es el elemento central de un equipo. Es la encargada de transmitir la información del procesador al resto de componentes y por tanto es tan importante o más que el resto de piezas.
Para la elección de una placa base, hay que tener en cuenta unos factores básicos. En primer lugar, no todas las placas bases son compatibles con todos los procesadores. De hecho, solo algunas placas bases son compatibles para cada procesador y deberemos de tener en cuenta 3 factores principales.
1. Primero que sea compatible con nuestro procesador Intel o AMD, ya que no son todas compatibles entre sí.
2. Segundo, que sea compatible con la generación de nuestro procesador y ya no solo a nivel de Socket, sino que también el chipset (chip central de una placa base) sea compatible con la generación de procesador (importante: hay veces que son compatibles solo si actualizamos la UEFI/BIOS por lo que previamente, consulta con la marca o un experto como los técnicos de GC).
3. Tercero, que disponga de los conectores y ranuras que necesitemos. Esto incluye la cantidad de Socket para la RAM, cantidad de conectores para las unidades de almacenamiento y por supuesto que el tamaño sea compatible con la torre.
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