A la hora de elegir un monitor, en primer lugar, deberemos de tener en cuenta la finalidad que le queremos dar como puede ser para trabajar, estudiar, jugar o como segunda pantalla.
Por ejemplo, para trabajar, disponer de una pantalla lo bastante grande como para poder ver varios documentos u hojas de cálculos sería óptimo así que una pantalla de entre 27/32 pulgadas con una relación de 21:9, unos niveles medios de brillo y contraste y 60Hz a 3 ms con tecnología IPS sería lo más adecuado. De esta forma se ahorraría en características no aconsejables para el trabajo y se potenciaría otras que sí lo son.
Para estudiar, una pantalla algo más pequeña de entre 20 y 27 pulgadas con tecnologías TN o PLS. Para la frecuencia volvemos a requerir solo de 60Hz y sin darle importancia al tiempo de respuesta.
Para juegos, necesitaríamos un monitor de 27 pulgada en adelante, la frecuencia a partir de 75Hz en función del juego y por ms de tiempo de respuesta. Por otra parte, una tecnología de pantalla VA o PLS, darían buenos resultados sin gastar demasiado. Invertir un poco más en brillo y contraste sería útil hasta cierto punto si somos exigentes y, por último. Requerir de tecnología Free Sync como mínimo mejorará en gran parte tus juegos con tasa superiores a 100Hz.
En todos los casos, como consejo, recuerda asegurarte en primer lugar que tu gráfica tiene una conexión compatible con el monitor que vas a elegir o en su defecto, asegúrate de disponer un adaptador para tal fin.
Si necesitas ayuda sobre la elección de un monitor, puedes preguntar por el chat o a través del correo electrónico donde te aconsejarán y asesorarán en todo lo que necesites.
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