Cómo elegir un disipador CPU
La elección de un disipador de calor para nuestro procesador es una parte vital en el rendimiento del equipo, pues si no disponemos de una buena refrigeración, la capacidad de todo el ordenador puede verse mermada de múltiples formas. Las formas más comunes que podemos encontrar son que se pueda perder hasta el 50% del rendimiento del equipo o en otras ocasiones podemos ver como nuestro equipo puede reiniciarse sin motivo aparente, lo que puede causar errores en otras piezas como la placa base, disco duro, o el sistema operativo. En otros casos podemos encontrar que el equipo funcione muy lento, o tenga tiempos de carga muy elevados sin motivo aparente. Es por esto que, a la hora de elegir un disipador de calor, debamos de ser cautelosos y no seleccionar cualquier cosa.
Durante la elección de un disipador de calor para el procesador, deberemos tener en cuenta un par de características y el material con el que está hecho, ya que algunos materiales son mejores trasmisores del calor.
Materiales
Los disipadores de calor de un procesador tienen 2 partes importantes de las cuales el material es fundamental, los tubos de disipación y la placa y el bloque de CPU. Los materiales más comunes para la fabricación de disipador sería el aluminio, bastante aceptable para la disipación del calor y el cobre como uno de los mejores del sector, fácilmente distinguible por su color rojizo. Si bien la diferencia entre los diferentes materiales no es demasiado, por poco que sea cada grado de temperatura que se reste, mejorará el rendimiento del equipo.
Características
3 características que debemos tener en cuenta antes de comprar un disipador son, el tamaño del disipador, ya que es importante saber si este puede entrar dentro de nuestra torre y, por otro lado, sería conveniente ver el flujo de aire que puede mover. También hay que tener en cuenta tanto el socket, como el ventilador del disipador.
Socket
Aunque la mayoría de disipadores son Multi-Socket, hay que comprobar que el disipador sea compatible con nuestro modelo ya que, de no ser así, aunque se pudiese colocar, no estaría perfectamente acoplado y esto generaría un mal contacto y como consecuencia una mala disipación. No prestar atención a este detalle puede hacernos incluso romper nuestro disipador, ya que una mala refrigeración por falta de transferencia puede incurrir en múltiples reinicios inesperados o el sobrecalentamiento y posteriormente la rotura de este u otro componente.
Ventilador
En este aspecto el flujo de aire, cuanto mayor sea la cantidad de aire que pueda mover el ventilador, más fresco estará el núcleo de nuestro ordenador. Como ayuda, hay que indicar que cada procesador requerirá de más o menos potencia para refrigerar y según qué tipo de funciones estén dispuestos a realizar. Por ejemplo, un procesador como puede ser un i3 de 11ª Gen de Intel con 4 núcleos, desprenderá menos calor que un procesador Ryzen 7 5800X con 8 núcleos ya que son el doble de núcleos generando calor de forma paralela. La cantidad de fresco también está sujeta en este aspecto tanto al máximo de RPM (revoluciones por minuto) y la presión de aire (mmH2O) ejercida para expulsar el calor residual del disipador.
Para el ventilador, sería importante, aunque en un estado menor, tener en cuenta el nivel de ruido. Esto es un aspecto más estético, pero es entendible que a la hora de trabajar o jugar con un equipo, necesitemos silencio y tranquilidad.
Si necesita de más información o ayuda, puede contactar con nosotros a través del chat o por correo electrónico o si lo necesita, puede leer nuestra guía de disipadores donde abarcamos toda esta información de una forma más profunda.